“Una empresa funciona mejor si todos saben hacia dónde van y cuál es la meta”.
A mis 18 años comencé a trabajar en un estudio contable. Lo hice durante 7 años con clientes de pequeñas y medianas empresas, para quienes conocer las leyes impositivas, societarias y laborales es clave y más en sus primeros años.
En ese tiempo capacité a empresarios en todo lo relacionado a impuestos y noté que había una formación errónea en ellos y que muchas de las empresas que tenían 2 años en marcha cerraban y otras que tenían más años, perdían velocidad.
Esta situación despertó en mí un gran interés e hizo que me preguntara por qué no podían sostenerse, por qué siempre estaban con los mismos problemas de flujo de caja y resultados.
Desde el estudio, como externa, sabía que algo estaba pasando con la formación en impuestos, costos y con el idioma de los negocios.
Noté que no podían diferenciar qué era económico y qué era financiero, por lo que decidí conocer a las empresas por dentro y analizar en profundidad cada área para ver qué estaba sucediendo.
Trabajé en diferentes industrias; publicidad, productoras, TV, marroquinería, textil, gastronomía, madereras y peluquerías, y lo que todas tenían en común era la falta de formación y sobre todo la ausencia de liderazgo.
Con el apoyo de cada uno de los empresarios con los que trabajé, quienes agregaron valor y conocimiento a mi experiencia, fuimos fortaleciendo la dirección económica-financiera, la inteligencia en los negocios y la posición competitiva favorable para la empresa.